DESFIBRILADORES Y MARCAPASOS

El arritmólogo (electrofisiólogo) suele ser también el especialista que realiza el implante quirúrgico y el posterior seguimiento en consulta de una serie de dispositivos electrónicos como marcapasos y desfibriladores cuya finalidad es tratar o prevenir ciertos trastornos del ritmo cardíaco.


Terapia de resincronización cardíaca (TRC)
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La terapia de resincronización cardíaca intenta que el corazón se contraiga de una forma más sincrónica y eficaz, mejorando los síntomas de la insuficiencia cardíaca y complementando las terapias farmacológicas de los pacientes que la padecen. Implica el emplazamiento de un pequeño electrodo en una de las venas que rodean el ventrículo izquierdo. Al estimularse simultáneamente desde este electrodo la pared del ventrículo izquierdo y desde el electrodo convencional alojado en el interior del ventrículo derecho el corazón se contrae de forma simultánea y sincrónica mejorando su capacidad de contracción. En dependencia del riesgo de arritmias graves que el paciente con insuficiencia cardíaca pueda exhibir el médico aconsejará que la terapia de resincronización conlleve el implante de un marcapasos o de un desfibrilador. La TRC conlleva habitualmente la colocación de tres electrodos en otras tantas cámaras cardíacas (aurícula derecha, ventrículo derecho y vena del seno coronario) por lo que a estos dispositivos se les denomina también tricamerales.

¿En quién está indicado?
Mientras que ciertos pacientes evidencian una gran mejoría clínica a la terapia de resincronización cardíaca, en otros no se consigue una respuesta satisfactoria. A lo largo de la última década se han ido perfilando las condiciones que el paciente debe cumplir para que la probabilidad de que se produzca una adecuada respuesta terapéutica sea elevada. Algunos de estos predictores se basan en datos del electrocardiograma, el ecocardiograma, origen de la patología que motiva la insuficiencia cardíaca etc. Su médico le explicará todas las circunstancias que justifican la implantación del desfibrilador o marcapasos de resincronización, los riesgos e inconvenientes que conlleva y el tipo más apropiado en cada caso.

¿Cómo se realiza el implante del DAI/MP resincronizador?
El procedimiento del implante se realiza en la sala de electrofisiología, bajo anestesia local y sedación ligera. A través de algunas de las venas que transcurren debajo de la clavícula se avanzan hasta el interior del corazón los electrodos que se van emplazar en las distintas cavidades. Para la colocación del electrodo en el interior de una de las la venas que rodean el ventrículo izquierdo se requiere el uso de contraste yodado –estando por tanto contraindicado en alérgicos al mismo. Tras confirmar el correcto posicionamiento y función de los electrodos se conectan al generador y se aloja todo el sistema por debajo del tejido graso subcutáneo.

¿Cuánto dura la intervención y el ingreso hospitalario?
La intervención suele durar de 3 a 4 horas, y el paciente puede ser dado de alta al día siguiente, pudiendo reiniciar su actividad normal en pocos días. No obstante, desde el punto de vista técnico, la intervención de un dispositivo de resincronización es más compleja y presenta riesgos potenciales específicos que su médico explicará.

¿Qué particularidades tiene el seguimiento?
El seguimiento básicamente será el de un marcapasos o desfibrilador –ver secciones correspondientes. Por lo demás, será importante que su cardiólogo clínico ajuste el tratamiento farmacológico según respuesta observada.

Marcapasos
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El marcapasos es un dispositivo electrónico de pequeño tamaño que se implanta debajo de la clavícula y vigila de forma permanente la actividad eléctrica del corazón. Para detectar tales señales el aparato se conecta a unos cables flexibles (electrodos) que se emplazan en una o varias cavidades cardíacas. Cuando el ritmo del corazón es excesivamente lento el marcapasos aplicará a través de dichos electrodos unos imperceptibles impulsos eléctricos para normalizar la frecuencia cardíaca. Si el generador del marcapasos se conecta a un sólo electrodo el conjunto se denomina marcapasos monocameral; si se conecta a dos electrodos (habitualmente aurícula y ventrículo) se habla de marcapasos bicameral. Finalmente, en ciertos pacientes está indicado colocar un tercer electrodo y se denominan tricamerales o de resincronización -ver apartado de terapia de resincronización cardíaca.

¿En quién está indicado?
En términos generales, el marcapasos se indicado en pacientes que presentan (de forma aguda o crónica) arritmias lentas o bradicardias que originan síntomas. Las indicaciones de implante de marcapasos pueden ser muy diversas y su médico le explicará todas las circunstancias que justifican la implantación de un marcapasos así como el tipo más conveniente en cada caso.

¿Cómo se realiza el implante del marcapasos?
El procedimiento del implante del marcapasos se realiza en la sala de electrofisiología, bajo anestesia local. A través de algunas de las venas que transcurren debajo de la clavícula se avanzan hasta el interior del corazón los electrodos que se van emplazar en las distintas cavidades. A continuación se confirma el correcto posicionamiento y función de los electrodos. Posteriormente, se conectan al generador y se aloja todo el sistema por debajo del tejido graso subcutáneo.

¿Cuánto dura la intervención y el ingreso hospitalario?
La intervención dura de 2 a 3 horas, y el paciente puede ser dado de alta al día siguiente, pudiendo reiniciar su actividad normal en pocos días.

¿Cada cuántos años hay que recambiar el marcapasos?
Como todo dispositivo electrónico el marcapasos requiere energía para su funcionamiento. La batería puede tardar en consumirse entre 5-10 años, dependiendo de una larga serie de factores de índole técnica o clínica. En cada revisión del marcapasos, el médico vigila los niveles de batería y establecerá el momento del recambio. La intervención para recambio es más simple que el implante original, pues consiste en desconectar el viejo generador de los electrodos y conectar a éstos un nuevo generador.

¿Es necesario un seguimiento y régimen de vida específico?
La periodicidad del seguimiento es muy variable, dependiendo de criterios clínicos o de ciertos parámetros técnicos del marcapasos. En general suelen revisarse una o dos veces al año.

Desfibrilador automático implantable
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El desfibrilador automático implantable (DAI) es un dispositivo electrónico de un tamaño algo mayor que un marcapasoa que se implanta debajo de la clavícula y vigila de forma permanente la actividad eléctrica del corazón. Dispone de todas las funcionalidades propias de un marcapasos convencional para tratar los ritmos cardíacos excesivamente lentos (bradicardias, bloqueos u otros mecanismos) pero adicionalmente resulta capaz de terminar arritmias ventriculares rápidas que suponen un grave riesgo vital para el paciente. Generalmente el aparato está programado para intentar terminar inicialmente tales arritmias rápidas de forma automática mediante una serie de impulsos imperceptibles para el paciente; cuando esta opción es ineficaz el dispositivo entrega una descarga de alta energía que restaura el ritmo normal. De forma análoga a la terminología usada en el marcapasos, si el generador del desfibrilador se conecta sólo a un electrodo el conjunto se denomina desfibrilador monocameral; si se implanta además un electrodo en la aurícula se habla de desfibrilador bicameral. Finalmente, en ciertos pacientes está indicado colocar un tercer electrodo y se denominan tricamerales o de resincronización -ver apartado de terapia de resincronización cardíaca.

¿En quién está indicado?
En términos generales, el desfibrilador se indicado en pacientes que han presentado arritmias ventriculares graves de compromiso vital o que tienen un alto riesgo de desarrollarlas en el futuro. El contexto clínico y las circunstancias de cada paciente obligan a individualizar las indicaciones por lo que no pueden establecerse generalizaciones. Su médico le explicará todas las circunstancias que justifican la implantación del desfibrilador, los inconvenientes que conlleva y el tipo más apropiado en cada caso.

¿Cómo se realiza el implante del desfibrilador?
El procedimiento del implante se realiza en la sala de electrofisiología, bajo anestesia local y sedación ligera. A través de algunas de las venas que transcurren debajo de la clavícula se avanzan hasta el interior del corazón los electrodos que se van emplazar en las distintas cavidades. A continuación se confirma el correcto posicionamiento y función de los electrodos. Posteriormente, se conectan al generador y se aloja todo el sistema por debajo del tejido graso subcutáneo. En determinados casos se realiza durante la intervención una prueba de desfibrilación que consiste en inducir la arritmia que el desfibrilador deberá tratar y comprobar su capacidad para detectarla y restaurar el ritmo basal mediante una descarga de alta energía.

¿Cuánto dura la intervención y el ingreso hospitalario?
La intervención suele durar de 2 a 3 horas, y el paciente puede ser dado de alta al día siguiente, pudiendo reiniciar su actividad normal en pocos días. Tras el implante de un desfibrilador o en el seguimiento posterior pueden darse situaciones que obliguen a limitar la conducción de vehículos durante periodos variables.

¿Cada cuántos años hay que recambiar el desfibrilador?
Como todo dispositivo electrónico el desfibrilador requiere energía para su funcionamiento. La batería puede tardar en consumirse entre 4-10 años, dependiendo de una larga serie de factores de índole técnica o clínica, siendo una de las variables principales el número de choques de alta energía que el dispositivo realice. En cada revisión periódica del desfibrilador, el médico vigila los niveles de batería y establecerá el momento del recambio. La intervención para recambio es más simple que el implante original, pues consiste en desconectar el viejo generador de los electrodos y conectar a éstos un nuevo generador.

¿Es necesario un seguimiento y régimen de vida específico?
Cuando se produce una arritmia el dispositivo tiene capacidad para registrar ésta y grabar la terapia suministrada por el aparato junto a la respuesta observada. Por lo tanto, la periodicidad del seguimiento depende fundamentalmente de la situación clínica y en definitiva de la necesidad de establecer ajustes de programación o modificaciones en el tratamiento farmacológico o intervencionista. En general suelen revisarse al menos dos veces al año.