Ablación de taquicardia supraventricular

Ablación de taquicardia supraventricular
Bajo el diagnóstico genérico de taquicardia supraventricular se engloban un conjunto de taquicardias de distintos mecanismos pero que comparten ciertas características comunes. Se trata de episodios de carácter paroxístico y minutos-horas de duración. La mayoría de dichas taquicardias se relacionan con diferentes mecanismos de reentrada del impulso eléctrico en ciertas áreas del corazón. Así puede constar en su informe la sospecha o certeza de alguno de los principales mecanismos de este tipo de taquicardias: taquicardia intranodal (TIN), taquicardia por vía accesoria, síndrome WPW, etc. Frecuentemente, el diagnóstico exacto y la localización del circuito causante de la taquicardia no quedará definido hasta la primera parte del procedimiento de ablación: la fase diagnóstica.

Qué es y en que consiste la intervención

El procedimiento se realiza en un quirófano especial: la sala de cateterización cardíaca, y utilizando anestesia local y ocasionalmente sedación superficial. La técnica se desarrolla en varias fases: introducción y emplazamiento de catéteres, estudio diagnóstico de la arritmia, y finalmente la etapa terapéutica de ablación. Dependiendo de la arritmia a estudiar, los protocolos de actuación varían. En general, tras la anestesia local se introducirán varios catéteres convencionales por las venas en distintas áreas, generalmente por vía femoral (ingle), y raramente por vía braquial (brazo). Los catéteres se avanzan guiados por fluoroscopia (Rayos X) hasta situarlos en varias cavidades del corazón. A continuación, se realiza la fase diagnóstica, analizando los parámetros eléctricos del corazón mediante análisis de las señales obtenidas por diminutos electrodos que los propios catéteres incorporan. A continuación se provoca la taquicardia mediante impulsos eléctricos de bajísima amplitud no detectados por el paciente.

Ablación de taquicardia supraventricular

Ablación de taquicardia supraventricular monitor

Una vez inducida la taquicardia se caracteriza ésta y se confirma el diagnóstico definitivo. En la mayoría de los casos, una vez definida la taquicardia la intervención continuará con la fase terapéutica: la ablación propiamente dicha. Para ello, se introduce el catéter de ablación (por vena o arteria femoral según el mecanismo de la arritmia y su localización). El catéter de ablación se ha de manipular hasta colocarlo en el preciso lugar de origen de la taquicardia. En ese punto se realiza un pulso de energía (radiofrecuencia) que produce una diminuta cauterización en el punto de interés, de unos 5 mm de diámetro por calentamiento de la punta del catéter para eliminar el circuito de la taquicardia.

Posteriormente, se espera unos minutos para descartar que el efecto logrado sea transitorio. La duración total de la intervención es muy variable, en dependencia de la complejidad de la arritmia(s), pero habitualmente oscila entre 2-3 horas.

¿Qué tipo de energía se emplea en la ablación?

La radiofrecuencia es el tipo de energía más frecuentemente empleado para la ablación con catéter. Consiste en la generación de calor a través de una fuente externa que se aplica en la punta del catéter y produce una quemadura diminuta y superficial en el tejido responsable de la arritmia en la forma previamente descrita. En dependencia del tipo de taquicardia que se trate puede requerirse la creación de una serie de puntos contiguos mientras que en otras arritmias de origen más focal pueden solucionarse con uno o dos pulsos de energía de unos 30 segs cada uno. Durante ese tiempo el paciente no suele referir dolor, aunque en según el tipo de procedimiento se administrará por protocolo analgesia o sedación adicionales según se estime necesario. En aquellos procedimientos que requieren un número alto de tales pulsos de radiofrecuencia (como en la ablación de una arritmia denominada flutter auricular) se utilizará un por protocolo de analgesia específico para que el paciente permanezca confortable en todo momento.

Ablación de taquicardia supraventricular radiofrecuencia
Ablación de taquicardia supraventricular congelación

En ciertos casos puede haberse indicado la eliminación de la taquicardia mediante congelación (crioablación focal) del tejido de origen de la arritmia. Para ello se utiliza un catéter especial denominado de crioablación focal. En la inmensa mayoría de las taquicardias supraventriculares la energía usada es radiofrecuencia.

Ablación con navegador electroanatómico

En algunos casos de taquicardias supraventriculares complejas puede requerirse el uso de un sistema de navegación electroanatómico para definir tridimensionalmente el circuito de la-s taquicardia-s. Desde el punto de vista de la experiencia del paciente la utilización de tales navegadores no modifica el procedimiento.

Ablación de taquicardia supraventricular electroanatómico

¿Qué resultados tiene la ablación de taquicardias supraventriculares?
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La probabilidad de curación de las taquicardias más habituales es superior al 95%. Debe tenerse presente, no obstante, que bajo la misma denominación o diagnóstico pueden englobarse mecanismos muy diversos de taquicardias y/o particularidades anatómicas que dificulten la ablación.

¿Cuáles son los riesgos?
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Previamente a la intervención habremos comentado las particularidades que estén disponibles de su intervención. En general, los riesgos derivados de la ablación con catéter son muy infrecuentes y habrán sido comentados al explicar el consentimiento informado. Pueden darse incidencias relativas al acceso vascular o relacionadas con la particular localización del circuito que genera la taquicardia. La gran mayoría de los pacientes reciben el alta dentro de las primeras 24 h del ingreso sin incidencia alguna.

¿Qué ocurre antes de la ablación?
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Antes de la intervención se le habrán explicado las especificaciones de su caso, teniendo en cuenta que en la mayoría de los pacientes con taquicardias supraventriculares el mecanismo exacto que las origina no se define hasta la primera parte de la propia intervención.

¿Qué ocurre tras la ablación?
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Una vez que se da por finalizada la intervención el paciente vuelve habitualmente a su habitación y permanecerá en cama durante 6-12 horas, siendo dado de alta a la mañana siguiente. La mayoría de pacientes, en función de su actividad laboral y del tipo de acceso vascular utilizado requieren aproximadamente 2-3 días de baja. Normalmente, volverá a consulta de revisión con el especialista en Arritmias a los dos meses para seguimiento.